Seguridad, el control de accesos.
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El sector de seguridad es un mundo lleno de vida pero en cierta manera esta pasa inadvertida para la mayoría de personas, es como la vida marina en los fondos abisales. Hay cosas maravillosas y bellas, así como monstruos terroríficos pero fascinantes. Para los que trabajamos en este sector hay cosas que nos encantan y disfrutamos resolviendo situaciones complejas que nos llenan de energía. Supongo que es como el Dr. House de la serie homónima, queremos resolver el puzle y llevarnos un poco más lejos.
Sin embargo hay que entender un poco la evolución de los sistemas de control de acceso, quizás el control de acceso tiene un inicio militar con el centinela y el famoso "santo y seña". Parece ser que en la antigüedad para evitar las incursiones de agentes infiltrados y que estos hicieran un estropicio en los acuartelamientos se empezó a usar una clave que en la España medieval se basaba en el Santo del día, o sea estaba basado en el santoral. Pareciendo insuficiente medida de seguridad crearon la identificación de doble factor, añadiendo una seña. Seguramente habrá variaciones y esta historia en otros países sea diferente, por lo que no toméis esto como un agravio o una apropiación cultural... Pero lo relevante de esto es la necesidad de plantear un control de accesos para evitar accesos indebidos o indeseados.
Esto como casi toda la tecnología de los humanos ha ido progresando y evolucionando a lo largo de los siglos y más recientemente a lo largo de los años, por que seamos sinceros las tecnologías cada vez cambian y evolucionan más rápido y su ciclo es más corto.
Hace apenas unas décadas el control de accesos se hacía mediante la identificación con clave, lo que hoy llamamos "Pin code" un simple código numérico para poner en un panel con teclado.
Estos sistemas primitivos, han dado los pasos necesarios para su evolución tecnológica y se han adaptado a las necesidades humanas correspondientes a lo largo del tiempo. Porque no olvidemos que las cosas evolucionan porque demandamos mayor ergonomía, no nos referimos a si son medios agradables al tacto a fáciles de tener en la mano, nos referimos a que se adapten bien al uso humano y a la conducta de uso, esto ha provocado que se usen diferentes tecnologías de identificación para proporcionar acceso seguro y que el control sea menos intrusivo.
Hoy en día la biometría y en estos tiempos de la Covid19, el líder de la identificación es el biométrico de reconocimiento facial. Estos sistemas permiten no solo identificar los rasgos de una cara sino que pueden tener también informaciones imprescindibles como la temperatura corporal, previniendo así el acceso de personas contagiadas.
Sin embargo estos sistemas son muy necesarios en los accesos de personas y sabemos que tienen innegables ventajas como que no hay que pagar un coste extra por la credencial (la cara, el dedo o la palma de la mano van incluidas de serie en las personas) pero también tenemos ciertas variabilidades complejas que pueden afectar a la precisión de estos sistemas, como las máscaras o demás factores que alteran el rostro. Mancharos las manos con algo como pipas con sal y luego tratar de identificaros con la huella, comprobareis que la fina película de sal y harina que os hace sentir la mano un poco sucia, impiden la lectura de forma total...por mucho que frotéis contra la ropa no se va a solucionar...
Aquí es donde los sistemas de RFID tienen cierta ventaja, sin contar que seguramente los costes totales del sistema a medio y largo plazo sean mucho más ventajosos. Claro esto siempre está relacionado con el acceso de personas. Pero en lo que se refiere a esas personas cuando acceden con su vehículo la cosa cambia radicalmente.
En los accesos de vehículos podemos usar la biometría, pero aplicada al vehículo, es decir, la lectura de matrículas, ANPR. No obstante podemos ver imágenes absurdas de cómo se usan tecnologías de RFID de corto alcance para identificar a los vehículos. ¿Quién no ha sufrido un retraso porque el conductor de delante no encuentra la tarjeta de acceso? Buscando en la cartera, la guantera, el maletín, bajarse para buscar en el abrigo en el maletero... y la cola de coches es ya de 10 vehículos. Todo esto es lo que sucede cuando se aplican tecnologías de identificación para el control de accesos de personas. Eso es la "tecnología de hoy" un intento de adecuar tecnologías por tener un ahorro de costes provocando numerosos inconvenientes, pero ya existe la "tecnología del mañana" la identificación de largo rango que mejora sustancialmente los accesos en vehículo.
¿Por qué vas a perder el tiempo en la barrera de vehículos? ¿Cuánto tiempo pierdes con sistemas desfasados? ¿Crees que no tiene importancia el acceso de vehículos? ¿Necesito tener varias credenciales o varios identificadores para los accesos vehicular y peatonal?
De esta forma puedes tener un control de accesos de alta seguridad, con la comodidad de que no sea intrusivo para los usuarios y que se mantenga la trazabilidad de quién entra y cuándo entra. Esto lo consigues desde la verja exterior, sin descuidar el primer punto de acceso a tus instalaciones y sin permitir que nadie no autorizado las abandone. Esto solo se puede conseguir con identificación de largo rango.
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